Muy señor mío
Me perdonará Usted mi pobre castellano, pero desde anteayer me entero de la urgencia de praticarlo.
Al "Diário de Notícias" de Lisboa predijo Usted esto: "acabaremos por integrar-nos" .
Preguntado por el periodista Joao Ceu e Silva si nuestro país seria entonces "una província de Espanha" (le sigo citando en nuestro antiguo idioma), Usted contestó: "Seriaisso. Já temos a Andaluzia, a Catalunha, o País Basco, a Galiza, Castilla La Mancha e tínhamos Portugal".
Claro, nos asegura, podremos conservar nuestra lengua, nuestras costumbres, y así mismo creo yo nuestro fado, pero (no lo dijo, uno entiende) nos gobernaria el jefe de estado madrileño del momento.
Y aunque diga Usted que no es profeta, no hay que olvidar su proverbial modestia.
En fin, para gente sencilla como yo, sus palabras son un caritativo aviso del destino.
Pues, señor, no y no.
Usted, el más famoso de mis compatriotas, se permiteen público unos juegos muy guapos de futurología.
Pero se los guarde para sus libros, los cuales están perdiendo el suspense de antaño.
Créame, el real futuro de un Portugal integrado en España lo conocemos ya muy de cerca.
Está visible en la Galicia de hoy, donde la lengua dominante, y los derechos dominantes, y los partidos dominantes, son los de Madrid.
Esto noes futurología, si no lo qué uno ve.
Si quiere verlo.
No creo que sea su caso, Don José.
Me contaran que, hace poco, visitó Usted Galicia invitado por el Pen Club.
Le rogaran que hiciera su discurso en Portugués.
Todos podrían entenderle, sin problema, si hablara en nuestra hermosa variedad de gallego.
Usted - como otras veces ya en Galicia - recusó y habló en Español.
Usted - como otras veces ya en Galicia - recusó y habló en Español.
Muchas gracias en realidad.
Ahora sabemos cómo hablarán, en la Província española de Portugal, los futuros traidores.
Amsterdam, 17 de Julio de 2007
Fernando Venâncio (Professor universitário e crítico de literatura)
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